En el mundo del fundraising y las estrategias de sustentabilidad de las organizaciones sociales, la innovación financiera se ha convertido en un pilar fundamental para el desarrollo y la sostenibilidad de proyectos sociales. Desde in2action, nuestra directora Norma Galafassi, quien ha sido la primer Directora de Fundraising en Unicef Argentina conversa con Francesco Ambrogetti, Principal Adviser Innovative and Alternative Finance for Children de UNICEF, sobre las estrategias y herramientas financieras que están utilizando las grandes organizaciones para conseguir fondos y llevar adelante sus programas. En este extracto de la entrevista, profundizan en cómo UNICEF y otras organizaciones están explorando nuevos instrumentos financieros para atraer inversiones y generar un impacto positivo en la sociedad y exploran lo que están logrando en EFT y fondos de inversión temáticos. (Al final del artículo encontrarás el video con esta primer parte de la entrevista).
Entrevista (Parte 1)
Norma Galafassi (NG): Pocas organizaciones entienden de temas financieros, menos aún las pequeñas. Conozco bien a UNICEF por mis años trabajando ahí y, al ser una organización con más años de trabajo y recursos, puede investigar o invertir en nuevas propuestas. Cuéntame ¿qué están haciendo y cómo funciona?.
Francesco Ambrogetti (FA): Hay muchos aspectos. Uno es la brecha entre la riqueza y la pobreza. ¿Cómo se puede modificar? Muchas organizaciones están involucradas en estos temas, pero los resultados a veces son muy difíciles de ver. Últimamente, se ve una brecha mucho más grande. Entonces, las organizaciones pueden hacer diversas estrategias como sensibilizar la opinión pública, trabajar en temas de impuestos, pero hay muy poco hecho que permita a quienes tienen un capital preservarlo sin hacer filantropía tradicional. Es decir, nosotros generalmente solicitamos donaciones, y eso tiene su sentido, pero la “caja” destinada a filantropía es mucho más pequeña que la destinada a inversiones de capital, como acciones, bonos o inversiones inmobiliarias.
FA: La pregunta es: ¿cómo hacer que estos inversores puedan invertir conservando su capital, logrando un interés que les permita tener una pensión, pero a la vez lograr un impacto positivo en la sociedad, la naturaleza, el cambio climático, la pobreza, etc.? Para ellos hay muy pocos “instrumentos” que hagan esto. Hay muchos instrumentos que son ESG (Environmental, Social, and Governance), pero en esto también hay mucho greenwashing o bluewashing, como si el sector financiero dijera: “Bueno, para responder a estas demandas de ser más sustentables, le pongo algo que se llama ‘ESG'”, pero en verdad es lo mismo de antes porque vas a invertir en empresas que, por ejemplo, son petroleras, y sería lo mismo. No hay un esfuerzo de nuestro sector que diga: “Bueno, esto es malo y esto es bueno”.
FA: Entonces, ¿cuáles son los instrumentos que el sector Non-Profit haya hecho o pueda avalar? El modo no es a veces decir “NO a los combustibles fósiles”, o decir “todas las empresas petroleras son malas porque tienen relación con el cambio climático”, sino decir: ¿cuáles son las buenas en las que puedo invertir?
NG: Hay algunas organizaciones que lanzan bonos o sus obligaciones negociables, pero para ello estas organizaciones tienen que tener un expertise o una “espalda” enorme que muy pocas tienen y, aparte, llegar a inversores que quieran moverlo, ¿no?
FA: Sí, exactamente. Ese es un “gap” que sigue existiendo, con lo cual no hay muchas opciones. Por ejemplo, he participado en un ETF, (Exchange Traded Funds= Fondos cotizados en la bolsa), con lo cual hay un conjunto de acciones de empresas que están listadas en el mercado de valores, por ejemplo, que otorgan un interés específico. Existe uno que se llama “Women” y se ha hecho con la YWCA (Asociación Cristiana de Jóvenes Mujeres en EEUU), que invierte en empresas que adhieren a criterios como tener en su staff 60% mujeres en el top management y políticas familiares adecuadas, por ejemplo.
Otro fondo que podría poner de ejemplo es sobre Racial Equality (o Igualdad Racial) y otro sobre ESG. Pero esos son la excepción y son creados con organizaciones que son líderes en estos temas.
¿Qué es un EFT “social”?: Se trata de fondos de inversión que invierten en una “canasta” de 50 a 60 acciones de diferentes empresas con criterios preestablecidos, alineados, por ejemplo, con igualdad de género, racial o ambiental. Estos fondos cuentan con un gerente o fund manager y trabajan con index providers, que son los que generan los índices y seleccionan las acciones que se incluyen en el fondo. Necesitan varias partes para poder organizarlos, incluyendo un “Fund Manager”.
Los EFT son instrumentos muy líquidos y el que invierte ahí puede recuperar su dinero cuando lo desea con el rendimiento que haya tenido el fondo, con la seguridad de que el mix de inversión, al estar controlado por los índices, está repartido en 50 o 60 empresas de alta performance y es bastante seguro. Según Francesco lo más interesante es que, la organización social involucrada gana, por un lado, con el advocacy o lo comunicacional, porque se introduce la marca de la organización en el mercado, en un sector que tal vez no escucharía o estaría involucrado, como es Wall Street, y por otro lado es atraer a un grupo de inversores que nunca tal vez hubieran sido donantes de su causa. Se trata de comenzar un vínculo con ellos. Entonces, una persona que jamás hubiera donado a UNICEF, puede conocerlos por un instrumento financiero y luego invertir en UNICEF, por ejemplo. Y la tercera cosa es que con el fund manager se puede negociar un porcentaje del fee que cobra, a beneficio de la organización. Más dinero se invierte, más dinero se cobra y más puede recibir la organización, pero esto no es una cifra que sea representativa.
Francesco continúa: “lo más interesante es lo comunicacional, porque imagínate que se forma un fondo de niñez, mujer, por ejemplo, donde se deciden una serie de empresas listadas según los criterios de la organización, y luego aquellas que no están calificadas comienzan a pensar: ¿Por qué mi empresa no está ahí? Y ahí empieza todo un trabajo al decirles: bueno, porque no tienes una política para la familia o no tienes mujeres en altos cargos directivos. Entonces, es muy interesante como instrumento de advocacy y juego de cambio.”
NG: Pero algo así requiere que la organización pueda evaluar a las empresas y hacer una especie de compliance, ¿no?
FA: Sí, claro. Porque los criterios se hablan de antemano con el fund manager y se basan en indicadores que sean públicos. Por ejemplo, si tu empresa no tiene el 60% de mujeres en el board, es un criterio medible que se puede comprobar.
NG: En el caso de UNICEF, ¿entonces qué están haciendo?
FA: Empezamos con estos tipos de fondos con la Rockefeller Foundation y los administradores de fondos para crear algo alrededor de los ODS y los ESG, empresas que cumplen algunos criterios, algunos califican y otros no. En nuestro caso por ejemplo, empresas que fabrican sucedáneos de leche materna no califican, como por ejemplo Nestlé, que es muy buena desde el punto de vista ambiental porque cumple con políticas de reciclaje, etc., pero tiene estos productos que no son positivos para la infancia.
NG: Esta era la empresa que en la guía de “corporate partnerships” (alianzas corporativas) de UNICEF siempre estaba vedada… luego de 30 años, increíble.
FA: Por ejemplo, Danone, otra empresa muy buena, muy avanzada, pero que no calificó porque uno de los criterios que tenía el fondo es que su producción tenía que tener un porcentaje basado en países menos desarrollados. Entonces, por ese criterio no ingresó al fondo. Y con esos criterios había que proponer un producto que sea invertible, que pudiera estar en el mercado y que tenga un retorno de inversión. Ese fue un camino interesante porque a la vez conlleva varios temas de activismo que se pueden ver alrededor. Un ejemplo en este sentido es el de PETA (organización contra la tortura de animales). Se trata de una organización muy grande que, por ejemplo, compra acciones de las empresas que quiere cambiar (en sus prácticas productivas), es decir, se transforma en accionista y, como tal, tiene el poder de incluir peticiones en las asambleas de accionistas y decir: ¿por qué se sigue usando animales para alguna parte de la producción de estos productos? Y a partir de ahí generar cambios. Estas ideas abren nuevos caminos como, por ejemplo, para cambiar, puedes hacer un boicot a la empresa (opción clásica de activismo), hacer productos de inversión, hacer presión o tal vez ser accionista). Por ejemplo, UNICEF podría hacerse accionista de Nestlé y, desde lo interno, lograr que se deje de fabricar los productos sucedáneos de leche materna.
NG: Esto es entonces para organizaciones que en sus equipos tengan a alguien que sepa de finanzas, ¿no?
FA: Esto es más la ambición de la organización y su parte de abogacía que su parte financiera. Porque, ¿cómo voy a intentar cambiar algo tan complejo y cómo hago que mi criterio se convierta en algo invertible? Esto se puede hacer para muchas causas, claro que tienes que tener una misión, una visión, una causa, un branding que es muy importante, para todas las empresas…
NG: Y contactos, porque llegar a fund managers y a los aliados. Tú me decías que ustedes están hablando con la Rockefeller Foundation como socios.
FA: Sí, claro, pero en mercados que están bien establecidos, por ejemplo, Argentina es un mercado bien establecido de bonos y de acciones, maduro, eso no va a ser un problema. El problema es tener una visión y un producto que tenga sentido para estos mercados. Es decir, el traslado de tu misión y visión en algo que sea bueno. Cómo se aplica ahí el criterio de inversión, puede ser niñez, indígenas, cambio climático. Cuáles son los criterios que excluyen a las empresas “malas” y cuáles son las “buenas” con las cuales se puede hacer un producto de inversión.
NG: O sea, que no es un instrumento en el que UNICEF está avanzando, sino esta idea de generar este fondo temático con criterios donde la organización es la que arma el concepto de criterios de participación y hay un administrador del fondo que va a gestionar el mix de inversión, los precios y los inversores que compran un instrumento en vez de otro. Y tiene que ser muy líquido para que les dé el rendimiento que ellos quieren.
FA: Sí, estos son instrumentos que ya existen, solo que hay que darle esa vuelta. En el tema ambiental están muy desarrollados. Son muchos los fondos “verdes” y es más fácil excluir a las empresas que hacen combustibles fósiles, empresas que tienen una alta emisión de carbono. Entonces, es más fácil. En lo social hay también bastante, por ejemplo, en el tema de género. Hay muchos instrumentos en ese tema desde hace 20 años que ya están desarrollados y uno puede aplicar. En temas de infancia no hay tanto, y por eso estamos comenzando a crear espacio en el mercado y hay otras organizaciones que también están intentando, como indígenas, para crear su espacio en los mercados.
La conversación entre Norma y Francesco revela cómo las grandes organizaciones están innovando en el ámbito financiero para hacer frente a los desafíos sociales y ambientales. Utilizando instrumentos como ETFs temáticos y fondos de inversión con criterios específicos, UNICEF y otras organizaciones buscan atraer inversiones que no solo generen un retorno financiero, sino que también promuevan el cambio social. La clave está en combinar expertise financiero con una visión clara y una misión comprometida, aprovechando alianzas estratégicas y herramientas de abogacía para crear un impacto sostenible y significativo. Este enfoque no solo diversifica las fuentes de financiamiento, sino que también amplía la base de apoyo y visibilidad de las causas sociales en el mercado financiero global.
Esta es la primera parte de esta conversación entre Norma y Francesco, aquí te compartimos la segunda parte.
Algunos de los temas que trabajaremos:
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¿Qué es storytelling y cómo lo usan las marcas hoy?
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Los elementos claves de tu historia y de un buen caso de recaudación.
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Emociones y cómo activarlas con storytelling.
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Lo que debe tener una historia para que sea “pegajosa” y cómo lograr el call to action.
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Cómo contar el caso más dificil.